El próximo mes de diciembre entrará en vigor las nuevas normas de tráfico diseñadas por el gobierno. En ellas se añaden delitos penales, con posibilidad de cárcel, para aquellos conductores que conduzcan de forma temeraria.
Así las penas llegarán hasta los dos años de prisión por algunos de estos motivos:
Es cierto que conducimos, en muchas ocasiones, con exceso de velocidad y que muchas veces obviamos la prudencia y la dejamos de lado. Un error que en mucho de los casos cuesta más de una vida.
Ahora bien, no solo la alta velocidad causa accidentes. Son numerosos los conductores que circulan por las carreteras a velocidades ridículas, siendo tan peligroso la velocidad como la lentitud. Es aquí otro aspecto donde el gobierno debería mojarse porque en muchas ocasiones este tipo de conductores son los culpables de la pérdida de paciencia de los que estamos al volante. Actualmente el código de circulación recoge que la mínima permitida es la mitad de la máxima establecida. Esto es que por una carretera de 80 Km/h. se puede circulas a 40 Km/h. Esto en un pequeño trayecto, pues no tendría importancia. Pero cuando estamos hablando de largos desplazamientos, un vehículo circulando a esa velocidad provocaría una larga cola de coches, eso sin contar que en muchas ocasiones algunos circulan por debajo de esa mínima.
Finalmente, y para más inri, se "olvidan" en esta nuevas normas a aquellos que circulan sin el permiso de conducir reglamentario hasta mayo. Y no contentos con esto, se les va a aplicar un plan de ayudas para obtener dicho permiso. O sea, que tienen casi medio año para seguir al volante sin que las autoridades puedan hacer algo contra ellos. Más que incentivarlos a sacar el carnet, les están dando vía libre para que cometan infracciones sin posibilidad de perder puntos durante unos cuantos meses.
Esperemos que con estas nuevas normas, y las que están por venir podamos cada mañana coger el coche y estar seguros de que, por lo menos, vamos a tener una alta probabilidad de regresar en prefecto estado a la hora de la cena.
Así las penas llegarán hasta los dos años de prisión por algunos de estos motivos:
- Conducir en autovía a velocidades superiores a 200Km/h.
- Conducir por ciudad a velocidades superiores a 110 Km/h.
- Conducir por carreteras convencionales a velocidades superiores a 180 Km/h.
- Conducir con una tasa superior a 1,2 gramos de alcohol en sangre.
- Conducir habiendo perdido todos los puntos del carnet.
Es cierto que conducimos, en muchas ocasiones, con exceso de velocidad y que muchas veces obviamos la prudencia y la dejamos de lado. Un error que en mucho de los casos cuesta más de una vida.
Ahora bien, no solo la alta velocidad causa accidentes. Son numerosos los conductores que circulan por las carreteras a velocidades ridículas, siendo tan peligroso la velocidad como la lentitud. Es aquí otro aspecto donde el gobierno debería mojarse porque en muchas ocasiones este tipo de conductores son los culpables de la pérdida de paciencia de los que estamos al volante. Actualmente el código de circulación recoge que la mínima permitida es la mitad de la máxima establecida. Esto es que por una carretera de 80 Km/h. se puede circulas a 40 Km/h. Esto en un pequeño trayecto, pues no tendría importancia. Pero cuando estamos hablando de largos desplazamientos, un vehículo circulando a esa velocidad provocaría una larga cola de coches, eso sin contar que en muchas ocasiones algunos circulan por debajo de esa mínima.
Finalmente, y para más inri, se "olvidan" en esta nuevas normas a aquellos que circulan sin el permiso de conducir reglamentario hasta mayo. Y no contentos con esto, se les va a aplicar un plan de ayudas para obtener dicho permiso. O sea, que tienen casi medio año para seguir al volante sin que las autoridades puedan hacer algo contra ellos. Más que incentivarlos a sacar el carnet, les están dando vía libre para que cometan infracciones sin posibilidad de perder puntos durante unos cuantos meses.
Esperemos que con estas nuevas normas, y las que están por venir podamos cada mañana coger el coche y estar seguros de que, por lo menos, vamos a tener una alta probabilidad de regresar en prefecto estado a la hora de la cena.
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